EL SUEÑO DE MARRAKECH

Marrakech مراكشes otro mundo, tuvo un primer nombre: Marroukech ("vete deprisa")... aunque lo unico sientes al irte es que te gustaria quedarte! La plaza Jemaa el Fna con su olor a Africa se convirtio en nuestra segunda casa, llena de gente, ambiente, de puestos de zumo de naranja/comida, encantadores de serpientes y hombres del agua... fue durante nuestra estancia paso obligado cada vez que saliamos a la calle.

Llegamos ayer y en todo el dia no he parado de recordar los primeros dias llenos de sorpresas...

Todo empezo cuando el taxi nos dejo en una calle colindante a la plaza, eran las 10 de la noche y la multitud que asolaba las calles era increible, mujeres con velo, tapadas la cara, sin velo, hombres con tunicas, sin ellas, una diversidad an tan grande dentro de una misma cultura que te atrapa desde el principio. Llegar al Riad fue facil con la ayuda de 5 personas y el té de hierbabuena que se nos dio de bienvenida vaticinaba los muchos que tomariamos despues, negociando, comiendo, hablando con los bereberes, una delicia para los sentidos. Asi como tambien los son los tajines, el cuscus, los caracoles y las pastilhas.

Marrakech es un oasis, aunque el centro de la ciudad amurallada es de color barro (todas las mañanas desde la terraza del riad contemplaba las azoteas de la ciudad hasta el Atlas), las afueras estan repletas de flores y arboles (con jardines relajantes como el de Mallorel), cuando el cuerpo pide "basta de burros y motos por doquier" es una buena opcion dirijirse hacia alli.

Pero sin duda, destaca la amabilidad de la gente, la hospitalidad y lo bien que te tratan: sin mas, sin querer sacar probecho (ovbiamente los tenderos te invitan mil veces a entrar en las tiendas). Alla por donde fueramos nos preguntaban de donde eramos y al final nos decian bienvenidos. Irse de vuelta a españa fue triste, los vendedores de la calle de nuestro riad (que se encontraba en pleno zoco) nos despidieron super cariñosamente con un "vuelvan" que espero sea en breve.